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18 oct 2012

UNA PRUEBA DE FUEGO PARA EL CONSEJO SUPERIOR


Si de verdad existiera la intención de promover el ejercicio democrático en la toma de decisiones al interior de los diferentes organismos que conforman  la administración pública, se evitaría la integración de estos organismos por un reducido número de personas entre las cuales el gobierno, contrariando su pregón democratero, se cuida de mantener el control a través de su representación mayoritaria.

A nivel mundial, cada día más, las manifestaciones y movilizaciones populares reclaman reconocimiento y participación en la toma de las decisiones relacionadas con la administración pública pues, al fin y al cabo, son decisiones fundamentales para la determinación de las condiciones de existencia material y espiritual de las comunidades que integran la Sociedad.

A partir de la constitución del 91, para adecuar el marco constitucional de nuestro País a las exigencias de la apertura económica y la internacionalización de la economía, se pasó formalmente (Léase, en teoría) de la Democracia Representativa a la Democracia Participativa,  la cual terminó siendo una caricatura de La Democracia por sus limitaciones y restricciones.

Las ilusiones democráticas alcanzaron el Sistema Universitario Colombiano y la Ley 30 de 1992 recogió, sin desarrollar significativamente, la Autonomía consagrada en la Constitución Nacional con lo cual se nos ha querido hacer creer el cuento de que somos instituciones autónomas e independientes porque se nosConcedióel Derecho a designar nuestras autoridades Académicas y Administrativas, aDarnos y Modificarnuestros estatutos yCrear, Organizar y Desarrollarnuestros programas académicos. Sin embargo, nada más alejado de un verdadero ejercicio Democrático que la implementación de estasconcesionesen las Universidades Públicas Colombianas. En efecto, el Consejo Superior Universitario, Máximo Órgano de la Dirección Administrativa de la U. fue concebido y diseñado por el legislador de tal manera que se garantizara un bloque mayoritario en representación del Gobierno y el sector extra académico con lo cual éste mantiene el control del Sistema de Universidades Estatales mediante la implementación de todas sus políticas a través de tan malogrado Organismo (El Consejo Superior).

Un sencillo cálculo Aritmético nos permite evidenciar la violación de la autonomía Universitaria por parte  del propio gobierno a través del control político que ejerce en el Consejo Superior. En efecto: De NUEVE (9) miembros con derecho a voto que integran dicho organismo, CINCO hacen mayoría (De hecho, generalmente funciona con CINCO miembros. Aquí en la Usco es muy conocida la expresiónLos Quíntuplespara hacer referencia a las sesiones del Consejo Superior en las cuales sólo han participado CINCO Consejeros y tomado decisiones trascendentes). Y de CINCO la mayoría la hacen TRES que, eventualmente, pueden ser los tres representantes del Gobierno.

No resulta, pues, desproporcionado solicitar el retiro del Gobernador del Consejo Superior Universitario máxime cuando La Corte  constitucional en su Sentencia C-589 del 97 afirma que:

“…En consecuencia, si bien es cierto que la participación de los representantes  del Estado en el Consejo Superior Universitario no vulnera, en principio, la Autonomía Universitaria, también lo es que dicha participación no puede constituirse en un mecanismo a través del cual EL ESTADO EJERZA EL CONTROL  ABSOLUTO sobre los entes Universitarios, de ahí que la REPRESENTACIÓN  NO PUEDE SER MAYORITARIA”  Y, de manera taxativa, excluye al gobernador al cuantificar los miembros del Consejo Superior en la parte concluyente:

En conclusión se tiene que de los OCHO (8) miembros que conforman el Consejo Superior Universitario, sólo DOS (2)  proceden del Gobierno, como son: El Ministro de Educación o su delegado, a nivel Nacional; O el Gobernador, o el Alcalde, a nivel departamental, distrital o municipal, y el designado por el Presidente de la República. Existe otro miembro, ajeno al gobierno y a la Universidad, que pertenece al  sector productivo, y los otros Cinco (5) hacen parte de la comunidad universitaria. Entonces, no es cierto que los miembros del Consejo Superior Universitario de origen estatal tengan la mayoría en ese Organismo (PUÉS SON SÓLO DOS, agregado nuestro.) Así las cosas, las decisiones podrán ser adoptadas de manera libre y razonada y no como fruto de la imposición de políticas ajenas a sus propios intereses y los de la sociedad en general.

No se trata de un capricho Nuestro pedir el retiro del Gobernador(a). Sólo pretendemos que se cumpla la Ley para garantizar el equilibrio de poderes que requiere el ejercicio de la Democracia. No compartimos los criterios del representante suplente de los profesores en ese Organismo quien considera que el retiro del Gobernador puede resultar contraproducente para la Universidad porque dejarían de aportar recursos del Departamento para ésta.  Ante lo cual cabe mencionar que más bien han retraído esta obligación, como es el caso de la deuda por concepto de regalías que supera los veinte mil millones de  pesos.  En cambio si ha  sido factor determinante en la entronización del clientelismo y la politiquería que prevalecen en las decisiones que toma este organismo. Debemos entender y hacérselo entender a nuestros gobernantes que ellos no son los dueños de los recursos de la Nación, el Departamento o el Municipio; Ellos son SIMPLES administradores de esos recursos y deben trabajar en Función del bienestar de las comunidades que los han nombrado. Si  la Ley establece que Los Departamentos y los Municipios deben aportar al presupuesto de las Universidades, debemos exigir el cumplimiento de la ley. En cuanto a los recursos aportados a través de la figura contractual es necesario investigar quienes se han beneficiado con esos recursos  ya que en la mayoría  de los casos, a la Universidad sólo le ha quedado el desprestigio por el incumplimiento en los mismos o la mala calidad del servicio prestado o de la obra realizada.

Si queremos alcanzar la mayoría de edad y asumirnos de manera autónoma, debemos romper con el tutelaje, la dependencia y el paternalismo que tradicionalmente heredamos frente a tantos organismos que se erigen frente a nosotros como rectores de nuestro comportamiento.

JUNTA   DIRECTIVA    DE    ASPU

Neiva, 17 de octubre de 2012

4 oct 2012

¿Aulas de clase…? 

Indolencia y total abandono

El aula de clase es uno de los más importantes entornos académicos de la vida universitaria donde se desarrolla la mayor parte de las actividades de aprendizaje de los estudiantes y la labor docente de enseñanza. Su rol, conformación y dotación va cambiando con el avance de la ciencia y la tecnología, el desarrollo de nuevas concepciones pedagógicas y la evolución de las tecnologías de la comunicación e información. Para cumplir con su papel debe proporcionar el ambiente apropiado para el desarrollo de las actividades de enseñanza y aprendizaje de los actores educativos que la utilizan. 

Lo mínimo que debe incluir un aula universitaria para asegurar calidad y confort en las labores que allí se realizan es: un área adecuada al número de ocupantes, que no debe ser muy alto como sucede ahora en el afán de cumplir con la política eficientista y de ampliación de coberturas; mobiliario apropiado y su correcta disposición en función de la actividad pedagógica que se realice; localización fácil de los recursos de aprendizaje (pizarras o pantallas interactivas, escritorio para el docente, muebles para colocación de equipos, casilleros, armarios con libros, etc.); entorno suficiente de conectividad con enlaces de alto desempeño a la Web y plataformas educativas de manera que los objetos de aprendizaje estén vinculados al plan de clase, y; aspectos ambientales tales como iluminación y temperatura.


Aula multimedios otra institución

Aula Universidad Surcolombiana

En el caso de la Universidad Surcolombiana, o no concurren todos estos elementos básicos o su estado es francamente lamentable por la indolencia y el abandono a que están sometidas la inmensa mayoría de las aulas, pues pareciera que estamos acostumbrándonos con pasmosa indiferencia a esta condición de subnormalidad. No es inusual encontrarse con aulas atiborradas de estudiantes, sin espacios de movilidad, en condiciones de hacinamiento, donde estos deben permanecer por fuera de la puerta de acceso, tal como se aprecia en las siguientes imágenes.

 Hacinamiento en la Universidad Surcolombiana

Es claro que las aulas modernas deben estar diseñadas y dotadas acorde con el ejercicio pedagógico que tienda a clases más participativas y colaborativas, para que el conocimiento se construya con la guía del profesor y no de manera unidireccional. En tal sentido, las condiciones físicas, la dotación de equipos, la disposición de las mesas, etc., facilita la interactividad de los alumnos, así como el trabajo en grupo, lo que no sucede en el caso de la Universidad Surcolombiana, ni siquiera de manera excepcional.

Aula para trabajo en grupo en otra institución


Aula en la Universidad Surcolombiana

Dada la creciente precarización de la USCO es frecuente encontrarse con salones vacíos, carentes de mobiliario, por el conocido trasteo de sillas o “desfile de silleteros” como ha solido calificarse este particular fenómeno en nuestra institución, debido a la insuficiencia de sillas. En las imágenes siguientes se observa que lo único que no se traslada es el escritorio del docente, por que está en ruinas o por que este se aferra al mismo y no permite su traslado. Es evidente que en la mayoría de las aulas no se dispone de un mueble cómodo con su respectiva silla para que el docente por lo menos ubique sus materiales.

 Vaciamiento de las aulas por falta de mobiliario

La escasez de mobiliario es crónica y una parte significativa está en escombros. En lugar de sillas cómodas, hechas de materiales duraderos, lavables, resistentes al desarrollo de gérmenes y bacterias, tenemos sillas que se deterioran muy rápidamente, antihigiénicas. Las que están en buen estado se trasladan permanentemente de salón en salón, como se observa en las imagenes siguientes.

Deterioro generalizado de la silletería

Trasteo de sillas

Hay que tener en cuenta que la infraestructura física de la USCO tiene más de 40 años y muestra los naturales signos de deterioro. Debido a su obsolescencia es frecuente encontrar elementos en muy mal estado como techos, ventanas, tomacorrientes, lámparas, aires acondicionados, aislamientos acústicos, red de datos, etc., por cuyo mantenimiento poco o nada se hace.





Deterioro en planta física, equipos e instalaciones eléctricas


Por contraste con la actual sociedad altamente informatizada, en las aulas de la Universidad Surcolombiana se carece de elementos mínimos para el uso de recursos multimediales, de materiales educativos e información proveniente de la Web. Los equipos de videoproyección deben colocarse improvisadamente sobre sillas inestables, con la incomodidad y el riesgo que ello conlleva. Y, además de que en la mayoría de las aulas no existen tales condiciones, los docentes deben echar sobre sus hombros los equipos y trasladarlos continuamente a sus sitios de clase, pues en la universidad resulta complejo y traumático, desde el punto de vista administrativo, fijar en soportes proyectores o televisores, lo que haría más racional y seguro su uso.

 Pizarra en la USCO

Pizarrón digital otra institución

Excepcional encontrar equipos básicos para la docecia y el aprendizaje, como un televisor, desueto en el caso del que se observa en la imagen, que hace varios años un rector pretendió convertirlo en recurso de aulas ineractivas, pero que a la postre terminó siendo uno más de los contratos de compras con presunto favorecimiento.


Precariedad en recursos de apoyo y material educativo

Ante la escasez de equipos, su mal estado y las precarias condiciones de uso, es frecuente encontrar en los salones de clase avisos con ofertas de alquiler, como se aprecia en la imagen. Porque cuando la institución no presta los servicios, aflora el interés de lucro.

Cuando escasean los equipos aparecen los comerciantes

El aula digital moderna, dotada con tecnologías de la información y la comunicación y de recursos computacionales y audiovisuales que le permiten al docente practicar diversas estrategias metodológicas en el desarrollo de su clase, pasa a ser una ilusión en las actuales circunstancias de la USCO. La red de datos está en estado de obsolescencia y en algunos sitios los roedores literalmente se han comido los cables. Irónicamente, en momento en que se licita la asignación del espectro radioeléctrico para la prestación de servicios de Internet inalámbrico de alta velocidad (4G), débilmente en algunos espacios de la USCO se logra captar la señal, en tanto hay campus universitarios que desde hace mucho tiempo gozan de las ventajas y beneficios de la conectividad inalámbrica.

Sala virtual otra institución

Acceso a Internet en la USCO

Los estudiantes, y los profesores como trabajadores del conocimiento, requieren de mínimas condiciones y herramientas para desempeñar con eficiencia su labor. Pero en las condiciones descritas y ante el evidente deterioro de la infraestructura académica, las aulas se han conviertido en ambientes inadecuados para el aprendizaje. 

El aula no es una isla. El tipo de institución y el modelo económico vigente determinan sus condiciones. Las instituciones educativas y la educación en general están pasando por un proceso complejo de reorientación de sus fines y medios, encauzándose de manera cada vez más acentuada por los senderos del mercado y el lucro en la prestación de los servicios educativos. Si bien es cierto, la desfinanciación y el consecuente deterioro académico obedecen en primer lugar a la aplicación acrítica de las políticas neoliberales, la responsabilidad no se puede atribuir exclusivamente a factores externos pues existe una gran responsabilidad de la alta dirección y la administración de la Universidad Surcolombiana, que no hizo las previsiones, no ha adoptado los correctivos pertinentes y se muestra indolente ante tal situación.

La universidad debe establecer urgentemente un plan de mejoramiento y reparación de las instalaciones físicas, particularmente de las aulas y los espacios destinados a las actividades académicas misionales. Sin un plan urgente de recuperación la acreditación de los programas e institucional se convierte en una especie de sofisma o quizá autoengaño, así como y la otrora mentada “internacionalización para que el mundo nos reconozca” una vana ilusión. La dirección de la universidad, las instancias administrativas y académicas, la oficina de planeación, no pueden permanecer en la indiferencia y el total abandono de la academia. Tampoco l os estamentos más importantes, estudiantes y docentes que impedir que la crisis siga tocando fondo.